Esto se produce a través de los paneles solares, los cuales son el corazón de cualquier instalación fotovoltaica. Están fabricados con materiales de alta eficiencia como el silicio, diseñados para absorber la luz solar y transformarla en corriente continua. En el caso de las empresas, esto se traduce en una oportunidad estratégica: permite aprovechar grandes superficies como los aparcamientos de los vehículos, los techos de naves industriales o zonas inutilizadas, para maximizar la captación energía solar durante las horas de sol.

Además, los paneles están equipados con recubrimientos avanzados que aumentan su resistencia frente a condiciones climáticas adversas como lluvia, viento o granizo. Esto asegura un rendimiento óptimo a largo plazo, con una vida útil que puede superar los 20 años ofreciendo a las empresas una solución energética confiable y duradera.

La energía captada por los paneles solares se convierte en corriente continua. Para que pueda ser utilizada en las operaciones industriales, debe transformarse en corriente alterna mediante un Inversor. Este inversor garantizar un suministro eléctrico seguro y adaptado a las necesidades de la empresa.

Además, los inversores mas modernos cuentan con sistemas de monitorización avanzada que detectan cualquier pérdida en el rendimiento de los paneles, facilitando una gestión eficiente y minimizando tiempos de inactividad. También protegen la instalación eléctrica ante posibles sobrecargas y fallos, asegurando la continuidad de las operaciones empresariales y reduciendo riesgos asociados a interrupciones eléctricas.

Una vez ya convertida la corriente continua en alterna, la electricidad se dirige al cuadro de distribución eléctrico de la empresa, donde se reparte hacia las distintas áreas que requieran de la energía. Etas áreas pueden ir desde maquinaria pesada y líneas de producción hasta sistemas de climatización y redes de iluminación en oficinas administrativas.

Este paso no solo garantiza que cada área operativa reciba la energía necesaria, sino que también optimiza el consumo energético, evitando posibles picos de consumo innecesarios que incrementen los costes y asegurar que en momentos de máxima demanda la energía generada por los paneles fotovoltaicos se utilice de manera eficiente.

Este paso es uno de los más innovadores, algo especialmente valioso para las empresas que buscan mantener un control estricto de su eficiencia. Estos sistemas de monitorización en tiempo real permiten rastrear tanto la producción como el consumo de la energía en las diferentes áreas de la empresa, lo que ayuda a identificar posibles excesos de consumo.

Por ejemplo, en una planta de fabricación, podría alertar sobre un consumo excesivo de energía en ciertas horas del día, permitiendo tomar medidas correctivas a tiempo, como ajustar los horarios de funcionamiento de esa maquinaria. Además, estos sistemas suelen estar conectados a plataformas digitales accesibles desde cualquier dispositivo, facilitando tomar decisiones rápidas y basadas en datos a los responsables de la empresa, reduciendo tiempos de inactividad, costes operativos y maximizando la productividad.

Cuando la instalación fotovoltaica genera más energía de la que la empresa consume, existen opciones estratégicas que pueden ser beneficiosas para la empresa. Una de estas opciones es el almacenamiento en baterías de alta capacidad, las cuales permiten guardar el excedente para utilizarlo en momentos en los que la radiación solar sea baja o durante la noche. Esto garantiza que la empresa siempre cuente con un suministro estable de energía sin depender de las condiciones climáticas.

Además, las empresas también tienen la opción de inyectar el excedente a la red eléctrica, generando ingresos adicionales o compensaciones según los acuerdos con su comercializadora. Este modelo no solo beneficia económicamente a la empresa, sino que también refuerza su imagen como entidad comprometida con la sostenibilidad al contribuir al equilibrio energético de la red general.